Cada vez son más numerosas las mujeres y adolescentes que llegan a los servicios de obstetricia de los hospitales porteños para descubrir que son portadores del VIH.
El Dr. Daniel Gutiérrez, obstetra del Hospital Rivadavia alerta sobre el aumento progresivo y continuo de mujeres embarazadas VIH positivas. En la actualidad sé a conformado un equipo que incluye al obstetra, al neonatólogo, al pediatra que hace el seguimiento después del parto, al infectólogo, asistentes sociales y psicólogos, este equipo colabora en la asistencia de mujeres embarazadas VIH positivas.
Lo primero que se le pide a la mujer embarazada es la realización del análisis de VIH. El mecanismo era que la mujer se lo hacía, el personal del Hospital Rivadavia retiraba los estudios y el médico le entregaba en mano el resultado. Posteriormente el laboratorio decidió dárselo a la paciente como si se tratara de cualquier análisis, pero en el papel figura un número como resultado denominado Cut Off, que es un límite. De ese límite para arriba estaría contaminado y de ese límite para abajo no estaría contaminado. De esa forma la mujer puede estar deambulando y nadie se entera hasta que vaya a la consulta médica del hospital.
El tratamiento que se aplica a la mujer embarazada VIH positiva es el AZT, salvo en un período avanzado. El Hospital se maneja con las recomendaciones elaboradas por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos respecto al uso del AZT. En el primer trimestre del embarazo, no es conveniente administrar la droga por los daños que puede causar al feto. Por lo tanto, se toma desde la semana 14 hasta la 34.
Las edades de las mujeres infectadas oscilan entre los 20 y los 30 años, aunque hay chicas más jóvenes, adolescentes.
Hay muchas que plantea la mujer embarazada y las mayores son sobre él bebe. Si el chico va a morir, o si va nacer con VIH y qué pasará después. Recién a los 180 días se puede decir si el chico está o no infectado. Se han registrado abandonos de chicos. Por eso es importante el trabajo de la psicóloga con la madre.
El Dr. Daniel Gutiérrez, obstetra del Hospital Rivadavia alerta sobre el aumento progresivo y continuo de mujeres embarazadas VIH positivas. En la actualidad sé a conformado un equipo que incluye al obstetra, al neonatólogo, al pediatra que hace el seguimiento después del parto, al infectólogo, asistentes sociales y psicólogos, este equipo colabora en la asistencia de mujeres embarazadas VIH positivas.
Lo primero que se le pide a la mujer embarazada es la realización del análisis de VIH. El mecanismo era que la mujer se lo hacía, el personal del Hospital Rivadavia retiraba los estudios y el médico le entregaba en mano el resultado. Posteriormente el laboratorio decidió dárselo a la paciente como si se tratara de cualquier análisis, pero en el papel figura un número como resultado denominado Cut Off, que es un límite. De ese límite para arriba estaría contaminado y de ese límite para abajo no estaría contaminado. De esa forma la mujer puede estar deambulando y nadie se entera hasta que vaya a la consulta médica del hospital.
El tratamiento que se aplica a la mujer embarazada VIH positiva es el AZT, salvo en un período avanzado. El Hospital se maneja con las recomendaciones elaboradas por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos respecto al uso del AZT. En el primer trimestre del embarazo, no es conveniente administrar la droga por los daños que puede causar al feto. Por lo tanto, se toma desde la semana 14 hasta la 34.
Las edades de las mujeres infectadas oscilan entre los 20 y los 30 años, aunque hay chicas más jóvenes, adolescentes.
Hay muchas que plantea la mujer embarazada y las mayores son sobre él bebe. Si el chico va a morir, o si va nacer con VIH y qué pasará después. Recién a los 180 días se puede decir si el chico está o no infectado. Se han registrado abandonos de chicos. Por eso es importante el trabajo de la psicóloga con la madre.
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